EL FRÍO FUTURO
L
OS
climatólogos se enfrentan a una gran dificultad: llegar a
saber si los cambios recientes en el clima de la Tierra son indicación de una
tendencia mayor o si sólo representan una pequeña oscilación. Es como ir en
una montaña rusa con los ojos vendados: ¿es esta bajadita el comienzo de una
bajadota de miedo, o es sólo lo que viene antes de una subida?
No obstante que tal dificultad no se ha podido superar, hay
indicios que señalan como lo más probable un frío futuro. Por un lado,
se sabe que el clima al que nos hemos acostumbrado es excepcional. Los
últimos 10 000 años, que han visto el nacimiento de todas las
civilizaciones y la muerte de casi todas, han sido los más calientes
dentro del último millón; a su vez, el último siglo ha sido el más
caliente desde que coronaron a Carlomagno.
Por otro lado, ya se detectó, a partir de 1940, un gradual
enfriamiento global que podría ser el principio de una tendencia a
largo plazo. La incertidumbre en las predicciones es una simple
consecuencia de nuestra ignorancia acerca del sistema climático
terrestre. Aun si no se desatara una nueva glaciación, los efectos del
enfriamiento en nuestra forma de vida serían muy profundos, ya que el
cambio global bien podría ser de unos 10°C y ocurrir en menos de 100
años.
Si esto ocurriere, extensas zonas hoy templadas se volverían
inhabitables y bajaría notablemente el nivel de los océanos: no será
sólo cosa de comprar ropa más gruesa para el invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario